MARTES CON MI VIEJO PROFESOR

MITCH ALBOM

EDIT. OCEANO

En la primavera de 1995, el azar se encargo de reunir de nuevo a Mitch Albom, autor de este libro, con Morrie Schwartz, quien había sido su maestro preferido en la universidad y que padece una enfermedad terminal. He aquí el testimonio de esta entrañable relación y de las lecciones de esperanza, amor y solidaridad que Morrie le transmitió en el ocaso de su vida.

Una crónica sensible y emotiva basada en hechos reales y en la cual se traza el perfil de un hombre excepcional.

Este libro me lo recomendaron muchas veces y a pesar de toparme con él en la librería, no lo compre, tal vez en el fondo le “huía” al efecto que pudiera causar en mí.

El día de mi cumpleaños una amiga muy querida me hizo favor de regalármelo. Fue en ese momento que me armé de valor y lo empecé a leer, lo llevaba con calma, sin presionarme, para que no se me fuera ningún detalle, como si las letras al leerlas se fueran a borrar y no pudiera releerlo, será que era la vida del protagonista la que se agotaba y lo que yo estaba aprendiendo también.

Durante el tiempo que lo estuve leyendo, falleció mi cuñada, debo reconocer que lo que había leído me ayudo a entender de otra forma la muerte y el por qué los enfermos terminales toman ciertas decisiones, dichas decisiones solo ellos comprenden ya que, la situación en la que se encuentran es tan particular que es difícil de entender para los demás.

Lloré cuando Morrie murió, como si hubiera sido  yo su alumna, no sé que me causó tal efecto, su muerte, lo que dijo que me llegaba tanto que parecía que me lo estaba diciendo a mí, como si me conociera, las ganas de aprenderle más; La pena de saber que sólo cuando sabemos que una persona está condenada a morir la escuchamos y valoramos de diferente manera. No, no lo sé, a ciencia cierta NO. Solo sé que lloré, lloré mucho por y no por el ….por mí.

Libro de lectura obligada, ampliamente recomendable.

Irma Venegas