Archivo mensual: enero 2010

Qué significa, por qué…?

Qué significa terminar un año,?, por qué hacemos una cena como de fiesta? qué va a pasar mañana?; estas preguntas me las hizo mi hija la noche de fin de año, aunque trate de explicarle porque hacíamos una cena especial y lo que significaba esa fiesta, no lo comprendió o más bien no le dio importancia. Cuándo comenzamos los ahora adultos a darle importancia a eventos como este?, no lo sé, no recuerdo cuándo YO le puse un especial sentimiento a este evento, muchos finales de año los he pasado con mucha alegría, otros con una prisa tremenda porque ya acabara ese año, alguno con mucho sentimiento, en fin son muy variados los sentimientos que he vivido en esas fiestas a lo largo de mi vida.

Este cambio de año 2009-2010, quise hacerlo diferente, y decidirme no a hacer propósitos eternos, sino más bien a soltar, SI, a soltar todo lo que me hace sentir a veces como «Pípila» (personaje de laIndependencia de México 1810) y cargar un gran peso sobre mis espaldas… Enero es el mes para soltar, soltar amarras, este texto ilustra cómo y cuáles soltar. (Gracias Vane por enviarlo).

En este año que termina, es tiempo de soltar amarras…
Aquí dejo todo lo que me hace daño.
Es tiempo de ser más fluido con la gente, Conmigo mismo.
Es momento de dejar ir, de permitir que el viento me despeine y me sacuda; que se lleve el resentimiento, que mi alma perdone  deudas y deudores.
Es tiempo de que me perdone a mí mismo; ya me regañé bastante.
Fueron muchas las piedras que yo mismo puse en mi camino; los puentes dinamitados…
Para autocastigo ya estuvo bueno; elijo el camino de la aceptación; es más barato.
Acepto y entiendo que merezco empezar de cero; con alma transparente, y espíritu tranquilo.
En este año que viene, lo que ha de ser, será.
Entiendo que por más que me angustie, no agregaré a mi estatura un codo;
Jesús tenía razón.
Es tiempo de relajarme.
Dios no me está juzgando; está muy ocupado haciendo otras cosas.
Así que ¿Por qué habría yo de hacerlo?
Es hora de levar anclas… De liberar cosas, de soltar gente.
Nadie tiene porque ser como yo quiera. Así están perfectos.
Así ha funcionado hasta este momento su vida.
¿Qué mejor prueba podría pedir para convencerme?
Me dedico a atender lo mío, a refundarme.
De vez en cuando viene a bien tirar lo que ya no sirve, perdonar.
El camino del rescatador apesta.
Entre ser feliz y tener razón, elijo lo primero.
Tener la razón es el peor de los desgastes, pues te quita el sueño intentando corregir al universo.
Es hora de soltar amarras, de confiar más en el Padre y menos en la apariencia de este mundo convulso.
Me dejo ir. La vida me conduce.
En este año que comienza quiero un corazón joven, que brinque de gusto con las chicharras que anuncian el día.
Como cuando éramos niños. ¿Te acuerdas?
Un alma que sea capaz de asombrarse con el amarillo retador del cempasúchil y los girasoles,
de ver en el cielo un milagro pintado de azul y no sólo un día más, llano y simple.
Es tiempo de soltar amarras y maravillarme.
He estado demasiado ocupado para ver las estrellas, y no me daba cuenta de que así sostiene Dios al cielo; con tachuelas de plata, por que el hierro se oxida.
Ese cuate es un buenazo.
¡Que Juan Perro está enojado!
Elijo mirar la sonrisa del sol; siempre está de buenas.
¡Que María de las Pitas ya no me quiere!
Elijo abrazar al aire; me ama lo suficiente para mantenerme vivo.
¿Qué mejor prueba de amor?
Afortunadamente, Dios me dio la facultad de elegir.
Y si Altagracia de las Cotorras y Chencho de las Cuerdas se han vuelto insumisos… Elijo controlar a mis propios demonios, es más… he decidido darles vacaciones.
Eso de la omnipotencia me estaba dando gastritis; Es tiempo de soltar amarras, de levar anclas, de dejarme en paz.
De tanto pelear conmigo se me estaba olvidando a que sabe la sonrisa.
Qué lindo es cuando no controlas a nadie, cuando no pides cuentas, cuando tiras a la basura la bitácora de los rencores.
Este año que comienza, no quiero una bitácora en blanco, ni siquiera un cuaderno; no tengo donde echarlo.
La mochila la tiré en diciembre pues me estaba torciendo la espalda.
Así que no pienso apuntar nada.
Así estoy mejor, caminando erguido y a buen paso.
Este año que comienza quiero ser más justo; la vida no es un tablero de ajedrez ni las personas caballos o alfiles.
Trato a la gente como me gustaría ser tratado.
Ser honesto se vale.
Quiero y necesito un buen principio, y seguir así indefinidamente.
Si algo nos debemos, te ofrezco un abrazo, te pido una disculpa. Yo ya me perdoné.
¿Podrías hacerlo tú también? Yo te invito.
De este lado está más fresco, mas oxigenado.
Renovación es una palabra muy comprometedora…
¡Te obliga a caminar sin excusas!
Sin nadie a quien echarle la culpa de nada.
Pero definitivamente es el camino al cielo.
Este año que termina, además de sinsabores, tuvo también sus maravillas; conocí mucha gente hermosa y sintonizada con el amor y la esperanza;
Un amigo renunció a los accidentes; se puso en paz con la vida y la agarró por los cuernos.
Fueron más las sonrisas que las lágrimas.
Caminé de la mano con personas dispuestas a servir al mundo sin nada a cambio,
y ha sido fascinante encontrarlos.
Es tanto y tanta gente a la que tengo que agradecerles; a la familia en que la sangre me puso,
y a la familia que la vida me concede en cada rostro que conozco.
Nada es casualidad, no hay accidentes en el mundo de la voluntad.
Por eso, sea cual sea la razón por la que estés leyendo estas líneas,
y la flojera no te impidió llegar a este párrafo, elijo creer que el universo nos permitió crear este lazo, aun cuando ni siquiera nos hayamos visto.
Elijo creer que ambos estemos dispuestos a sembrar más sonrisas en nosotros mismos y en la gente.
Acéptaselas, no le hagas el feo.
Si sueltas tus amarras, tendrás las manos libres para recibirlas.

6 comentarios

Archivado bajo Titulos